Ciudad del Vaticano.- «Parece que no quieren aplaudir. Será porque la prensa dice que soy fanático de la Roma, pero no crean todo lo que leen en los diarios, porque no todo lo que dicen es cierto. Bienvenidos», fueron expresiones del Papa León XIV cuando ha recibidio en audiencia privada en el Vaticano al plantel de Napoli, flamante campeón del fútbol italiano.

«Bienvenidos y felicitaciones por el título que lograron y que dio lugar a una gran fiesta ciudadana en Nápoles», completó tras la humorada el nuevo Pontífice que, a diferencia de Francisco, su predecesor en el cargo, no es apasionado por el deporte más popular del planeta, sino del tenis y solía practicarlo de manera amateur en sus tiempos como misionero en Perú.

Como suele suceder en estas situaciones, el equipo campeón de Italia por cuarta vez en su historia, le regaló al Papa una casaca del Napoli autografiada por todo el plantel, con su nombre estampado en la espalda junto al número 10, que le fue entregada en la Sala Clementina por el presidente del club, Aurelio De Laurentiis.

El equipo entrenado por Antonio Conte, quien aprovechó la oportunidad luego para reunirse con De Laurentiis y delinear el futuro, arribó al Vaticano a bordo de dos autobuses de color blanco tras desembarcar en Roma en una formación ferroviaria, pero el regreso a Nápoles por la misma vía se frustró pues el tren partía a las 12,30 locales, horario más allá del cual se extendió la audiencia con León XIV.

«Parece el Papa», le gritó uno de los cerca de 50 fanáticos del Napoli apostados en el lugar al ver salir por la «Puerta del Peregrino» a De Laurentiis, quien respondió saludando con su mano, pero sin bajar la ventanilla de su vehículo, que salió delante de los dos autobuses a bordo de los cuales viajó el plantel de Conte, junto con el cuerpo técnico.

«Los campeones de Italia somos nosotros», repetían a coro los aficionados presentes al paso de la caravana que abandonaba el Vaticano tras la reunión con el Papa, quien durante la misma confesó que su cocinera, «la señora Rosa, es napolitana y muy fanática del Napoli y seguramente le hubiese gustado estar presente».

En su discurso, en tanto, León XIV destacó que «ganar el campeonato es un objetivo que se alcanza al final de un largo viaje y lo más importante no es la hazaña de un momento, ni la actuación extraordinaria de un campeon, sino el equipo y cuando hablo de equipo me refiero tanto a los jugadores, como al entrenador y a los dirigentes y por eso me complace darles hoy la bienvenida».

«Este aspecto de su éxito es el que considero más importante. Y diría que también, desde un punto de vista social. Todos sabemos cuan popular es el fútbol en Italia y en el mundo y desde esa perspectiva el valor social de un acontecimiento como éste, que va más allá del hecho meramente técnico-deportivo, es el ejemplo del trabajo en equipo, del talento individual al servicio del conjunto», agregó.

«Hay una última cosa que me gustaría decir aprovechando esta oportunidad y es señalar el aspecto educativo que tiene el deporte, que cuando se convierte en negocio corre el riesgo de perder esos valores y de invertirlos. Es a ese detalle al que debemos estar atentos, sobre todo cuando se trata de adolescentes», explicó.

«Hago un llamado a los padres y a los dirigentes deportivos para que estén muy pendientes de la calidad moral de la experiencia deportiva a nivel amateur porque está en juego el crecimiento a nivel humano de esos jóvenes», completó antes de afirmar: «Creo que nos entendemos y no hace falta decir más nada. Les agradezco la visita, les reitero mis felicitaciones y que el Señor los bendiga a todos y a sus familias».

Tras la bendición papal, el plantel del Napoli emprendió el regreso a casa tras varios días de celebraciones continuadas por la obtención del cuarto «scudetto» de la historia, mientras que Conte y De Laurentiis aprovecharon la ocasión y permanecieron en Roma para conversar sobre el futuro, reunión que se celebró en la habitación del hotel en el que se alojó el presidente del club.

El director deportivo del Napoli, Giovanni Manna, y Andrea Chiavelli, «mano derecha» de De Laurentiis desde hace décadas, estuvieron presentes en la charla, que se extendió por cerca de tres horas y media, tras la cual Conte se retiró del lugar en un automóvil en compañía de su esposa, de Manna y de Edoardo, hijo del presidente del club.

Para saber qué sucedió y si Conte seguirá al frente del proyecto de cara a una temporada en la que Napoli volverá a disputar la Champions League, habrá que esperar a una comunicación oficial del club, para despejar las dudas generadas por rumores que apuntan a una eventual salida del técnico que repitió por quinta vez con un equipo distinto los tres «scudettos» que celebró con Juventus y el que logró con Inter.

Conte llegó al club en el inicio de esta temporada, luego de una campaña de Napoli para el olvido en la que inició como campeón (tras el título logrado con Luciano Spalletti, hoy DT de la selección «azzurra») y tras el paso de tres entrenadores finalizó en mitad de tabla, pero sus diferencias en lo que hace a la política en materia de refuerzos generaron algunos cortocircuitos con la dirigencia.

Por ese motivo, algunos medios italianos anticipan que los caminos del entrenador y del club se separarán a pesar de la consagración y hasta se animan a mencionar a Massimiliano Allegri, ex técnico de Juventus, como eventual reemplazante de Conte en la próxima temporada.

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